El que prueba, repite. Después de 12 meses sin oler las victorias ni de lejos, Joaquim Rodríguez (Katusha) ha ganado su segunda etapa consecutiva en la Vuelta al País Vasco, la cuarta entre Zumarraga y Arrate, de 162 kilómetros. El colombiano Sergio Luis Henao (Sky) mantiene el maillot de líder.

El catalán logró su victoria anticipándose en la meta a un puñado de 12 favoritos que entraron en la meta con el mismo tiempo que el catalán: Mollema (Trek), Yates (Orica), Ion Izagirre (Movistar), Henao (Sky), Scarponi (Astana), Quintana (Movistar), Zakarin (Katusha), Rui Costa (Lampre), Pinot (FDJ), Van Garderen (BMC) y Spilak (Katusha).

El gran rival de los escaladores para la contrarreloj, el polaco Michal Kwiatkowski (Etixx), se dejó 23 segundos y ya pierde medio minuto en la general, al igual que Samuel Sánchez (BMC) y Majka (Tinkoff).

El corte para dar opciones de victoria final lo marca el úndécimo de la general, Thibaut Pinot, con 18 segundos de retraso sobre Henao. El 12º, Rui Costa, parece demasiado lejos con sus 26 segundos perdidos, habida cuenta de que pese a la dureza de las etapas, no se clavan grandes diferencias en las llegadas.

Mañana se cerrará el ciclo de las etapas en línea con otra prueba de saltamontes, entre Eibar y Aia, con 155,5 kilómetros y nueve puertos de montaña, pequeños pero matones.

La carrera hacia Arrate, con otros ocho puertos, 162 kilómetros y recorrida a 38,5 por hora de promedio fue un poco decepcionante para quien se esperara ataques en largo, que no fructifican en la Vuelta al País Vasco. Sólo hubo cargas profundas en las última subida hacia el Santuario, por parte del valiente líder colombiano Henao, a poco más de cuatro kilómetros del final.

Al antioqueño no le respondió directamente Nairo Quintana y eso queda para el análisis de la noche con vistas a la etapa del viernes, aunque nadie se fía de la presunta debilidad del colombiano, jefe indiscutible del Movistar, el equipo que siguió trabajando toda la jornada, aunque esta vez con apoyos del Sky y, a última hora, del Lampre y el Orica.

Henao arrancó y se fue en busca de Zakarin, el atacante anterior. Un escalador ruso del equipo de Purito que está haciendo demostraciones esta semana. Cuando llegó el colombiano se puso a su rueda y santas pascuas. Los 15 segundos de ventaja sobre el grupo de Quintana se quedaron en cero gracias al enorme esfuerzo de Ion Izagirre. Un portento que primero acompañó al ruso y después se quedó para echar una mano a su líder. Y le echó las dos.

A todo esto, la victoria de Purito fue mayúscula, milagrosa, propia de un santo con poderes. No por el esprint, sino simplemente por estar ahí, porque cualquiera lo hubiera dejado ir después de un pinchazo y una avería en el cambio ("caja de cambios", dijo él, que es muy aficionado a los deportes de motor).

"Estoy contentísimo, porque los últimos 30 kilómetros han sido muy complicados por la avería. Y encima por la putada de que hayamos perdido a Vicioso", dijo Purito con la respiración todavía entrecortada.

En efecto, Ángel Vicioso, volvió a conocer la dureza del asfalto. Se golpeó la cabeza y el hombro. Probable fracura otra vez. Tras dos años de lesiones graves había roto el maleficio el pasado sábado con su victoria en Estella.

Y antes de todos estos movimientos, las escapadas apenas fueron consentidas. Hasta pasados 44 kilómetros, cuando hicieron un hueco 17 corredores, que finalmente fueron cuatro (Tony Martin, Tom Danielson, Pello Bilbao -infalible Caja Rural- y Romain Hardy. Al final quedaron los dos primeros, absorbidos antes de la ascensión decisiva al Santuario.


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