Sin duda, Lance Armstrong fue el gran perdedor del día, en una tercera etapa del Tour de Francia que se presumía que su equipo podía dinamitar y él distanciar a sus más directos rivales. En la línea de meta ha sido al contrario: ha llegado a 2:08 de Andy Schleck y Cadel Evans, a 1:15 de Denis Menchov y Bradley Wiggins y a 55 segundos de Alberto Contador.

"No busco excusas. Yo estaba en una buena posición en los adoquines. Sin embargo, tuve una avería en un mal momento y eso es mala suerte. Entonces es muy difícil remontar. Pero hay que mantener la cabeza alta y ahora trataré de recuperar tiempo en la montaña. Mis posibilidades se han reducido pero no me voy a casa. Lo voy a seguir intentando", destaca

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