LE FALTÓ 1 SEGUNDO PARA PONERSE LÍDER CUATRO AÑOS DESPUÉS

El estadounidense no se vistió de amarillo por tan sólo unas centésimas tras aventajar en 40 segundos al Saxo Bank · El Astana consiguió la victoria y arañó mucho tiempo a rivales en la general como Evans, Sastre o Menchov

Lance Armstrong se quedó a las puertas de volver a vestir el maillot amarillo de la general después de cuatro años. El estadounidense, junto con su equipo, el Astana, ganó la crono por equipos que discurría por Montpellier sobre un recorrido de 39 kilómetros. Sin embargo, el buen tiempo logrado no sirvió para vestir de líder al estadounidense, que necesitó 1 segundo más para ser primero. Al final, y bajo todo pronóstico, Cancellara logra mantenerse al frente de la clasificación, con Contador tercero.

El rey ha vuelto, ha llamado a las puertas de su reino, pero no ha conseguido entrar. Armstrong se quedó a tan sólo unas centésimas de conseguir vestirse de amarillo, maillot que lució siete veces en París instaurando la mayor hegemonía de la historia en esta carrera. Cancellara consiguió mantener el liderato de la general pese a la sensacional crono por equipos realizada por el Astana.

De esta forma se iban al traste todas las apuestas que iban encaminadas a encumbrar a Armstrong como nuevo líder de la ronda gala. Pero ésta no fue la única sorpresa del día. Las numerosas caídas y los malos tiempos conseguidos por los equipos de los favoritos, hicieron espectacular el tiempo del Astana, que lograba poner hasta cuatro hombres entre los cinco primeros de la general al final del día.

Numerosas caídas
Una de las decepciones del día la puso el Rabobank. Denis Menchov se caída en una de las primeras curvas del trazado (donde más tarde se caería Ballan, del Lampre) y hacía que su equipo tuviera muy difícil conseguir un buen tiempo. Pero no fueron los únicos. El Bouygues Telecom vio como cuatro de sus hombres se salían de la carretera en una curva en un día que fue de lo más accidentado.

El Silence-Lotto de Cadel Evans no fue menos, y sufrió el cansancio de varios corredores que le hicieron perder un tiempo de hasta 2:36 con respecto al equipo de Contador. Por su parte, el Cervélo de Carlos Sastre terminó cediendo un tiempo de 1:37, a pesar de no contar con problemas en su equipo.

Entre los favoritos en el día de hoy, tan sólo el Garmin logró plantar cara al Astana. El equipo estadounidense terminó la crono con tan sólo cinco corredores, circunstancia con la que tuvo que luchar durante gran parte de la prueba. Sin embargo, eso no evitó que marcara el segundo mejor tiempo del crono.

Gran trabajo del Astana
Justo antes había entrado el Saxo Bank del líder, Fabian Cancellara. El suizo hubo momentos en los que tuvo que levantar el pie del pedal para esperar a sus compañeros, que lucharon con todo para intentar seguir su ritmo. Al final, el equipo logró un valioso tiempo que le sirvió para mantener el maillot de la general, algo que se antojaba más que difícil al empezar la jornada.

El que no estuvo a la altura de las circunstancias fue el Columbia de Cavendish. Con la posibilidad de poner líder a Tony Martin, el equipo no pudo responder sobre el asfalto y terminó en quinta posición a casi un minuto del Astana. Por delante, en cuarta posición, quedaba una de las buenas noticias del día, la crono del Liquigas. El equipo de Kreuziger y Nibali rodó muy fuerte y consiguió perder menos de los esperado con respecto a los primeros de la general.

Y llegaba el turno del gran favorito, el Astana. El equipo kazajo trabajó de forma sensacional con continuos relevos entre los que destacaron los fuertes tirones de Armstrong y Contador. El estadounidense estaba como loco por llegar lo antes posible a la línea de meta y ver cumplido su sueño de vestirse de nuevo de amarillo. Sin embargo, y tras dejar por el camino a Rast y Muravyev, el Astana, que terminó primero sin discusión, arañó 40 segundos al Saxo Bank.

Esta era la misma diferencia que le separaba a Armstrong de Cancellara, que vio cómo los jueces le volvían a vestir de amarillo tan sólo gracias a unas centésimas. El siete veces campeón del Tour se quedó por tanto a las puertas de volver a lo más alto, pero que nadie le dé por vencido. El rey ha vuelto y es para quedarse.

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