Alejandro Valverde rompía a llorar nada más cruzar la meta. Por fin subirá al podio de París, después de perseguirlo durante una década y ser cuarto el año pasado. El murciano lo hacía al ataque en La Croix de Fer y en Alpe d’Huez, de lanzadera de un Nairo Quintana que se quedaba a 1:12 de Chris Froome y de su sueño amarillo.

Valverde lo ha ganado casi todo, clásicas, vueltas, etapas… Pero le faltaba una guinda. Un podio en el Tour que le había sido esquivo hasta ahora. Lloraba el corredor del Movistar Team en la llegada muy emocionado. “Es algo en lo que había pensado toda la vida y al final se ha podido conseguir después de mucho sufrimiento. No ha sido victoria, ha sido tercero, pero ha sido muy importante para mí. Me sabe a gloria”, afirmaba.

El ciclista español afrontaba la jornada con 1:19 sobre Nibali. Una avería del siciliano poco antes de empezar la subida al Alpe d’Huez le allanaba el camino. “No me lo esperaba ni mucho menos, tenía bastante miedo a Nibali sabía que estaba bastante fuerte. Yo estaba bien pero en esta tercera semana de este Tour todo es muy duro y puedes perderlo rápidamente”, aseguraba.

Quintana, por su parte, atacaba a Froome y dejaba atrás al británico, aunque acompañado por Poels y Porte, y la ventaja de 1:20 en la cima era insuficiente y terminará segundo, a 1:12 del corredor del Sky. “Nos exprimimos al máximo. Intenté sacrificarme y ayudar a tope a Nairo, vinimos a conquistar el título y se escapó por poco. Hemos hecho todo lo que he podido, hemos arrancado en el puerto anterior y en el último. Se ha luchado a tope y segundo y tercero está muy bien”, certificaba. “Ha sido muy difícil, lo hemos trabajado mucho, hay que darle a enhorabuena a Froome y a su equipo que han hecho un gran trabajo; fue superior”, añadía.

A sus 34 años y ganador este año de la Flecha Valona y la Lieja, aún debe tener cuerda para rato. “Estoy muy contento con la temporada que estoy haciendo y ya está. No sé qué más me queda. De momento hay que disfrutar de lo que tenemos”, zanjaba y destacaba igualmente el trabajo, “chapeau”, de sus compañeros. “El balance es excepcional: subimos al podio como mejor equipo, segundo y tercero en la general individual y mejor joven… qué más se puede pedir”.

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