Joaquim Rodríguez ha alzado los brazos en el Muro de Huy, esta vez en el Tour de Francia, vencedor de la tercera etapa y por delante del nuevo maillot amarillo Chris Froome. El corredor del Katusha ha dominado la subida final y nadie ha podido seguir su ritmo. De paso, es el nuevo líder de la Montaña.

Purito comentaba su triunfo nada más terminar. “Aunque no tenga nada que ver con la Flecha Valona, ya lo he dicho antes de salir, porque se ha entrado a toda leche; ha sido muy complicado. Me quedo con una victoria en el Tour antes que una victoria en la Flecha -ganó en 2012, fue segundo en 2011 y 2010 y cuarto este año- porque una victoria aquí tiene un repercusión de la ostia, afirmaba. Y relataba cómo ha sido ese último kilómetro en el que Caruso ha impuesto el ritmo: “Este año en la Flecha por no arrancar en mi sitio me quedé encerrado y no pude jugar a ganar; hoy he visto un hueco y he dicho ‘lo voy a aprovechar, aunque me duelan las piernas y me va a costar llegar’. La verdad es que la última recta… ha sido el muro de Huy que más largo se me ha hecho con diferencia”.

El corredor del Katusha reconocía que se trata de una subida que se ajusta a sus características: "No me sorprende que no me hayan seguido Froome o Contador porque este final es muy bueno para mí, soy un corredor muy explosivo. Es un final que conozco muy bien y esos últimos 400 metros son mi distancia. En un momento dado incluso he tenido que decirle a Carruso que frenara para poder coger aire antes de la subida. Sabía que podía ganar pero es verdad que en los últimos 100 metros he pedaleado hasta con las orejas. Una victoria como la de hoy es de las que no se olvida”.

“Se ha ido todo el día volando, a un ritmo impresionante. Hemos escuchado el ruido de una caída tremenda. Íbamos muy rápido, a 85-90 km/h…pero todos hemos pensado que para que el Tour neutralice una carrera tenía que haber pasado algo grave”, añadía al respecto del accidente a 60 kilómetros y por el que la carrera se ha parado y neutralizado. “Ayer lo pasé mal porque había trabajado mucho y el pinchazo y las caídas lo habían trastornado todo, estaba triste. Pero la victoria de hoy ha sido bonita y muy trabajada por el equipo. Estoy muy contento, el equipo se ha portado fenomenal y es un golpe de moral muy grande para todos”, certificaba.

En cuanto al resto de rivales, cree que aún es pronto para sacar conclusiones: “Llevamos solo dos días, hoy se me ha dado bien a mí y en Alpes igual no ando. Lo que suceda esta semana no tiene nada que ver con lo que puede suceder en las otras dos. Prevalecerá la experiencia, la fuerza y la resistencia. Mañana lo importante es no perder tiempo. En el Tour las cosas cambian a diario y la carrera se gana en París. Lo importante es llegar sanos y salvos a la montaña. Con este calor y este ritmo va a ser un Tour tremendo. Espero no caerme. Intentaré mantener el maillot de la montaña, pero el camino hasta París es muy largo y mi objetivo es la clasificación general. Me conformo con hacer la mejor posición posible. No me quedan muchos Tour así que quiero disfrutarlo”.

El martes le espera una etapa que no se ajusta a sus características de escalador, los adoquines hasta Cambrai: “Mañana es otro día peligroso; si el equipo se comporta como hoy no hay porqué tener miedo”.

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