El alemán volvió a ser el más rápido y se viste de nuevo de amarillo
Mark Cavendish se fue al suelo tras chocar con Gerrans y puede decir adiós al Tour

Marcel Kittel sigue con su idilio en el Tour de Francia. En el estreno de la 101ª edición, el ciclista alemán volvió a demostrar ser el mejor sprinter del mundo a día de hoy. Tras ganar el año pasado cuatro etapas, incluida la última en los Campos Elíseos, el del Giant ha empezado este año de la misma forma: ganando. Su impresionante golpe de pedal no encontró rival, ni siquiera en Cavendish, que se fue al suelo tras chocar con Simon Gerrans. El británico no pudo ser profeta en su tierra en el final de Harrogate.

Inicio espectacular de la 'Grande Boucle' con un sensacional sprint, caídas y escapadas. La gran vuelta francesa comenzó lejos de sus fronteras, en la localidad inglesa de Leeds, y lo hizo rodeada de una gran multitud de aficionados que se repartieron durante gran parte del trayecto.

En sus primeros compases una fuga fue protagonista. El incansable Jens Voigt abrió hueco junto a Edet y Jarrier. Pero el del Trek, que en este su último Tour iguala a Hincapie, con 17, como el ciclista con mayor número de participaciones, se cansó pronto de sus compañeros de escapada y decidió irse en solitario. Logró asegurarse el primer maillot de lunares de la montaña a pesar de que fue neutralizado a 58 kilómetros de meta, justo después de coronar el último puerto del día, el Côte de Griton Moor (3ª).

Por detrás del gran grupo rodaban algunos corredores importantes como 'Purito' Rodríguez, que al final entró con el tiempo del ganador pero que dejó bien claro que está en este Tour para buscar victorias de etapa y para ultimar su puesta a punto de cara a la Vuelta a España, su gran reto después de tener que abandonar el Giro. Pero la ronda gala no espera a nadie y el Lotto fue el encargado de poner un fuerte ritmo para facilitar la llegada masiva.

El Omega daba la réplica en los kilómetros finales a falta de llegar al repecho donde estaba situada la meta, en Harrogate. Pero se complicó la situación cuando, en el último kilómetro, Fabian Cancellara lanzó un poderoso ataque. El suizo se iba con confianza, pero el Giant terminó con su sueño y le dio caza. Fue entonces cuando Sagan salió con fuerza y, acto seguido, se produjo la triste noticia para el ciclismo británico.

Mark Cavendish, intentando mejorar su posición de cara al sprint, se fue el suelo tras chocar con Simon Gerrans. El del Omega no podía por tanto cumplir su sueño de vestirse de amarillo y muy difícil se le pone su continuidad en carrera tras dolerse de la clavícula. Su gran rival, Marcel Kittel, no quiso desaprovechar la oportunidad y terminó venciendo con autoridad en la línea de meta por delante de Sagan y Navardauskas.

Así terminana el estreno de este impresionante Tour, con el alemán vistiendo, por segundo año consecutivo tras la primera jornada, el maillot amarillo. Este domingo es probable que lo pierda teniendo en cuenta que se trata de una etapa más parecida a un gran clásica que otra cosa: hasta 9 cotas repartidas entre York y Sheffield con un recorrido de 201 kilómetros.



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