Otro episodio de mala fortuna ha sesgado las opciones de victoria de Alejandro Valverde en el primer final en alto del Tour de Francia 2012. El líder de Movistar Team, uno de los seis supervivientes de la escuadra telefónica en carrera tras confirmarse los abandonos de Imanol Erviti e Iván Gutiérrez después de las caídas de ayer, sufrió un pinchazo en su rueda trasera a un kilómetro de comenzar la subida final a La Planche des Belles Filles (1ª), exigente ascensión que ha deparado la victoria de etapa del británico Froome (SKY) por delante de Evans (BMC) y de su compañero de equipo Wiggins, nuevo líder de la general.

Valverde: “La verdad es que parece que el Tour no es mi carrera y este, especialmente, no es mi Tour. No me acompaña la suerte, está claro. Después de las dos caídas de ayer, hoy me estaba encontrando bastante bien y he pinchado en el peor momento posible, justo antes de empezar la subida y en el momento en el que más rápido se iba. Me he quedado a punto de entrar al grupo, pero ellos iban a tope y yo he llegado con las piernas súper hinchadas del calentón. Subiendo he puesto mi ritmo y he ido pasando a mucha gente, pero era imposible llegar hasta delante.

El equipo ha estado genial, me han hecho un gran trabajo todos y hemos respondido lo que hemos podido. Cuando vienen así las cosas, más no se puede hacer. No está todo perdido, pero está claro que la general ya es muy difícil con tanto tiempo perdido, aunque salvo tres o cuatro corredores que están muy fuertes, con el resto podemos estar ahí”.

Rápidamente asistido por Vladimir Karpets, que le cedía su rueda, Valverde trató de remontar ayudado por sus compañeros en medio de una carrera ya lanzada. Cobo, en primera instancia; Plaza -felizmente recuperado tras los malos presagios de ayer-, después y Kiryienka, que se descolgaba en ayuda de su líder en última instancia, trataron sin éxito de llevar a Valverde hasta la cabeza. El murciano acababa cediendo 2'19" en meta, condenando buena parte de sus opciones de lograr un buen resultado en la general pero salvando junto a sus cinco compañeros una jornada crítica por las molestias de la doble caída de ayer. Sin un momento de respiro, la carrera afrontará este domingo una etapa muy nerviosa de media montaña, la octava de la Grande Bouclecon 157 km entre Belfort y Porrentruy y siete altos puntuables, entre ellos La Caquerelle (2ª) y La Croix (1ª) en los últimos 35 kilómetros.

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