El portugués logra su primera victoria en un Tour y la del Movistar, que durante la primera semana ha tenido que sufrir los abandonos de Kiryienka y de Intxausti, que hoy dijo adiós a la ronda gala · Hushovd retuvo un amarillo que parecía perdido y podría conservarlo hasta los Pirineos

El portugués Rui Costa se hizo con la victoria en la octava etapa del Tour de Francia que presentaba la primera jornada de media montaña entre Aigurande y el alto del Super-Besse. El ciclista logró un merecido triunfo que hace justicia al Movistar, que, tras una desafortunada primera semana llena de complicaciones, ya tiene su merecido premio. En la general, un gran Hushovd logra retener el amarillo.

El ciclismo ha sido justo con el equipo de Eusebio Unzue. Tras una primera semana muy complicada con las caídas de Beñat Intxausti, que hoy tuvo abandonar, y Amador, el equipo español tuvo que ver cómo decía adiós su principal baza para la montaña, el bielorruso Kiryienka. El único que estaba dando alegrías era José Joaquín Rojas, que ha estado rozando la victoria y luchando por un maillot verde que hoy volvió a perder en detrimento de Philippe Gilbert.

Es por eso que un triunfo de etapa lograría quitar la espina clavada durante estos días. Y por fin llegó el merecido premio. Rui Costa, fue uno de los integrantes de una gran escapada del día junto con Christophe Riblon, Xabier Zandio, Addy Engels, Julien el Fares, Romain Zingle, Tejay Van Garderen, Cyril Gautier y Alexandre Kolobnev.


Por detrás, el pelotón estaba comandado por un BMC que soñaba con vestir por fin de amarillo a Cadel Evans. Y a punto de estuvo de conseguirlo. Pero pocos confiaban en que la fuga pudiera llegar a buen puerto. La situación de carrera se mantuvo hasta la penúltima subida del día, al de Croix Saint-Robert (2ª), donde todo empezó a moverse.

Rui Costa y Van Garderen eran la nueva cabeza de carrera y en el pelotón saltaban hombres como Tiralongo, Flecha o Vinokourov, que coronaban a 1:41 de los fugados. En el descenso, Riblon y Gautier volvían a estar arriba y el pelotón recortaba distancias. Pero, entre medias, Vinokourov, que marchaba como líder virtual, era la gran amenaza para los de delante.

Al comienzo del último puerto, el Super-Besse Sancy, donde estaba situada la meta, Rui Costa soltó un duro ataque que no puedo ser respondido por nadie. Poco después, Vinokourov se deshizo de todos y se lanzó a por el portugués, que tenía un colchón de unos 20 segundos para intentar la machada. En el pelotón, mientras tanto, se iban perdiendo efectivos, entre ellos el holandés Robert Gesink, que no tuvo su día.

Quedaba por ver lo que harían los 'gallos'. En el último kilómetro, Contador aceleró el ritmo para intentar medir las fuerzas de sus máximos rivales, que sin embargo le cogieron la medida, especialmente Andy Schleck. El luxemburgués se pegó como una lapa a la rueda del pinteño para evitar sorpresas en lo que podría ser la tónica que nos espera en las etapas de montaña.

Otros que lo intentaron fueron Cunego y Gilbert. El belga salió como una moto para pelear por una victoria que ya era imposible. Rui Costa cruzaba la meta y lograba su primera victoria en un Tour de Francia, y también la primera del Movistar, que de esta forma se quitaba la espina de la mala suerte que les había acompañado toda la carrera. El portugués tuvo además un bonito gesto cuando dedicó el triunfo a su compañero fallecido Xavi Tondo.

Por detrás, una vez neutralizado Vinokourov, llegaban Gilbert y Evans, seguidos por Samuel Sánchez. Con ellos rodaban el resto de favoritos y Thor Hushovd. El noruego está demostrando que no mentía cuando decía que había preparado mejor la montaña con Gilbert y consigue retener un maillot amarillo que parecía perdido en el día de hoy. Este domingo, nueva etapa de media de montaña, algo más suave y propicia para alguna escapada antes del día de descanso y de afrontar el primer obstáculo de este Tour, los Pirineos

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