El belga Weylandt fallece tras sufrir una caída en el descenso del Bocco

El español del Androni remata a sus compañeros de fuga Millar, Lastras, Moreno y Le Mevel al sprint ·Suspenden la ceremonia en el podio por la muerte de Weylandt

El español Ángel Vicioso era la apuesta arriesgada del equipo Androni Giocatolli para 'mojar' en este Giro de Italia. Una escuadra hecha por y para la Corsa Rosa. El veterano corredor de 34 años entraba en pocas quinielas pero hoy, en Rapallo, ha conseguido la victoria. No habrá celebración. El ciclista Weylandt, de 26 años, moría minutos después de concluir la etapa a causa de un accidente que sufrió bajando el Bocco.

Sin ganas de contar nada, con el luto por la tragedia de 'WWSpecial' ahogando el pelotón, la tercera etapa del Giro de Italia dejó varios detalles que pueden marcar la carrera en lo deportivo. En lo esencial, la vida, desgraciadamente pasará a la historia negra del ciclismo por la muerte del joven Weylandt.

"El Giro me debe una" decía Ángel Vicioso cuando se enteraba de que entraría en el equipo de Androni para disputar el Giro de Italia 2011. Le debía una etapa desde hace 11 años, en Brescia, cuando los jueces vieron irregularidad en un sprint victorioso completamente limpio del entonces ciclista de Kelme. Hoy se la cobró.

Antes de que la Vicioso batiese a sus compañeros de fuga Le Mevel (Garmin), Lastras (Movistar), Moreno (Omega Pharma Lotto) y Millar (Garmin) en meta, Liquigas hizo toda una declaración de intenciones sobre su papel en la montaña de este Giro. La escuadra italiana marcó un fuerte ritmo tanto en el Bocco como en Madonna delle Grazie, haciendo temblar a los más ilustres del pelotón.

Carlos Sastre, K.O.
La maglia rosa de Mark Cavendish (HTC) era la primera en vislumbrarse en la cola del grupo. El británico no aguantaba el ritmo y arrojaba la toalla instantes después. Más sorprendente fue la lucha del escalador español de Geox Carlos Sastre, el campeón del Tour 2006 se descolgaba en el Bocco para luego reconectar en la bajada. Más tarde, en los 2,6 kilómetros que duraba el último puerto del día, perdía el contacto de nuevo. El abulense se dejó 53 segundos respecto al pelotón en meta y deja muchas incógnitas sobre su papel en esta carrera.

Pero esto importa hoy muy poco. El ciclismo invierte millones de euros en medidas anti doping, debate la prohibición del pinganillo y muchos hablan de espectáculo cuando ven a los 200 ciclistas del pelotón sortear carreteras extremadamente estrechas. Nadie habla de proteger a los corredores. Personas que se juegan la vida en cada carrera y cada entrenamiento. Tenían razón los que decían que sería el Giro más duro de la historia.

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